Turismo literario en Ciudad de México a través de ''Los Detectives salvajes'' de Roberto Bolano

Ha llegado el momento del enlace verdadero entre literatura, escritura y nuestro autor. Identifiquemos a nuestro escritor para adentrarnos en su mundo hasta llegar a penetrar su novela y convertirla en una experiencia concreta que pueda ser vivida. El autor en cuestión es Roberto Bolaño, chileno de nacimiento y mexicano-español de adopción. O como diría él mismo en una entrevista de Horacio Castellanos Moya titulada “Bolaño en sus palabras”: a la pregunta ¿Usted es chileno, español o mexicano? Su nombre completo es Roberto Bolaño Ávalos, nace en Chile el 28 de abril de 1953, es hijo de León Bolaño, transportista, y Victoria Ávalos, profesora. Transcurre su infancia entre Santiago, Viña del Mar, Quilpué y Cauquenes, donde empieza sus primeros estudios acompañados del problema de la dislexia. A su 15 años, en 1968, la familia se muda a Ciudad de México y Roberto transcurre su adolescencia concentrado sobre la lectura, encerrado en la biblioteca pública y eligiendo pronto su destino: el de escritor. Mientras se acercan los años del golpe de Estado chileno, trabaja como articulista y a los veinte años siente la necesitad de volver a Chile para intervenir en la resistencia. Es arrestado, pero afortunadamente con la complicidad de un ex compañero de colegio que trabajaba en la policía local, es liberado después de ocho días. Después de esa experiencia vuelve a México para dedicarse a su pasión, la literatura, y para juntarse con los poetas mexicanos. Con éstos funda un nuevo movimiento de vanguardia llamado Infrarrealismo, donde es reconocido como iniciador. El primer reconocimiento literario llega en 1975 con la publicación de la antología poética “Poetas Infrarrealistas Mexicanos” y luego empiezan sus peregrinaciones. Primero llega a El Salvador, donde conoce al poeta Roque Dalton. Luego llega a Europa. Se queda en Suecia y Francia gracias al apoyo de algunos amigos, visita el Norte de África y finalmente alcanza a la madre en España. Al principio, a su llegada en Europa, Bolaño tuvo diversas dificultades, sobre todo económicas, las cuales lo llevaron a trabajar en diferentes oficios, hasta que pudo vivir de la literatura. Su primera novela, escrita en colaboración con Antoni García Porta, ve la publicación en 1984, “Consejos de un discípulo de James Morrison a un fanático de Joyce”, con la que gana el premio Ámbito Literario. En el mismo año obtiene también el premio Félix Urabayen gracias a “La senda de los elefantes”. Desde 1986 vive en Blanes (Girona), donde a través de una serie de rituales que cumple cada día, sigue produciendo poemas y se acerca siempre más al mundo de la narrativa. En 1993 los médicos le diagnostican una grave enfermedad y desde aquel momento aumenta sus publicaciones con el objetivo de dejar una herencia literaria, con resultados excelentes como sabemos hoy día. Siempre en el año 1993 pública la novela “La pista de hielo”, en 1996 “La literatura nazi en América” y “Estrella distante”, mientras que en 1997 pública la compilación de cuentos “Llamadas telefónicas”, galardonadas con el premio Municipal de Santiago de Chile. El año 1998 merece nota y una atención particular: Bolaño publica en Anagrama su famosa novela “Los detective salvajes”, galardonada con el premio Herralde de novela y el premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos. En 2000, después de veinticinco años de ausencia vuelve a Chile, y a su regreso en España escribe “Nocturno de Chile”. En este mismo año sus condiciones de salud empeoran, hasta que la muerte llega el 14 de julio. En la última temporada de su vida Bolaño escribe y se dedica a su pasión sin parar, en su última aparición pública (en Sevilla) entrega a su editor “El gaucho insufrible” y deja para su publicación póstuma la inmensa novela “2666”.
Este breve resumen de Bolaño nos describe rápidamente su vida y sus desplazamientos por América Latina y Europa, pero lo que es el caso de Bolaño es otra historia. En los últimos años se habla siempre más de ese escritor chileno desaparecido antes de tiempo, de su vida, de su escritura, de sus novelas, cuentos o poemas. Su vida se ha convertido en ficción y la ficción de sus novelas en su vida personal. Decimos que Bolaño lo ha mezclado bien todo y lo ha servido en un plato que está listo para la crítica, confundiendo y creando un verdadero caso alrededor de su vida y trabajo, y en fin desapareciendo pronto. Lo que ahora queda es una gran cantidad de críticos que de repente se hacen pasar por especialistas de Bolaño y pretenden juzgar a él y a su estilo de vida, creando sólo un falso mito. La realidad de Bolaño, por los que lo conocen de verdad, es mucho más fascinante de lo que se pinta de su figura. Es definido como un rebelde, un subversivo, un revolucionario, un escritor maldito, incluso un drogadicto, pero no era nada de todo eso. Quien ha contribuido a crear la leyenda de Bolaño desde un punto de vista comercial ha seguido con esa idea de poeta maldito o marginado literario, de perseguido político o adicto a la heroína, que no refleja el ser íntimo del escritor que no es sino una estrategia de venta. Sí era, en cambio, un contestatario, o sea, una persona que sólo polemiza, pero nada más de todos los adjetivos trágicos que le han atribuido. [...]