Inull null null null null null null null Inull null null
Inull null null null null null null null Inull null null
 
 
El fenómeno migratorio es algo que podría definirse al mismo tiempo como 
simple y complejo; simple porque se trata siempre de un desplazamiento de individuos 
de un lugar de origen a uno de acogida, y complejo porque sus causas, los procesos 
de desarrollo y las consecuencias de su impacto sobre la sociedad son tan variadas que 
resulta imposible, además que infructuosa, un enfoque al fenómeno únicamente 
numérico.  
El tema de las migraciones internacionales ha sido siempre objeto de observación, 
ya que su estudio equivale a investigar los cambios del ser humano en el tiempo y en 
el espacio, porque gracias a los desplazamientos de hombres las empresas han 
conocido la diversidad de culturas y la posibilidad de asimilar las competencias ajenas 
para utilizarlas en por su propio beneficio. Desde mi punto de vista, en nuestro tiempo, 
estamos ante la oportunidad de considerar algo de diferente de nosotros mismos para 
absorber lo que puede mejorarnos. 
En la última década, los movimientos migratorios en la cuenca del Mediterráneo 
han ido obteniendo una mayor relevancia por razones políticas, económicas y 
humanitarias. Estamos experimentando una época de expansión de los conceptos de 
“sociedad”, “ciudadanía”, “Estado”, incluso de “Unión Europea”, y todo esto es debido 
a la combinación del proceso de integración interior de la Unión Europea y de la 
continua petición de ampliación de la misma hacia zonas estratégicamente importantes: 
el Oriente Medio y el Magreb.  
En la zona norte africana, Marruecos vive un momento especial de cambio: el 
desarrollo económico reciente, el proceso de democratización y liberalización en curso, 
la capacidad de atraer flujos migratorios y la producción de importantes movimientos 
hacia la Europa mediterránea sitúan ha dicho país al centro de un crisol de intereses 
que ven como principal interlocutor a la Unión Europea. 
Frente a Marruecos, como país al mismo tiempo de inmigración y emigración, 
tenemos a Italia y España, dos países de la Europa mediterránea que han vivido una 
historia migratoria similar y que mantienen una relación directa con los flujos 
marroquíes: en ambos países la comunidad marroquí ha sido la mayoritaria desde los 
años ochenta y hoy sigue siendo la primera nacionalidad africana presente en estos 
dos Estados. 
Si tenemos en cuenta dichas consideraciones nos surge la necesidad de 
investigar las evoluciones de los flujos migratorios entre Italia, España y Marruecos en 
el marco más general de las migraciones internacionales y de las relaciones 
euromediterráneas. 
 
 
9
Partiendo de lo arriba expuesto, este trabajo se divide en tres partes y cinco 
capítulos: 
• La primera parte consta de tres capítulos y presenta la evolución de los 
flujos migratorios europeos en el marco de los flujos internacionales: el 
primer capítulo X presenta la historia de las migraciones internacionales, 
desde los años Ochenta hasta hoy; el segundo toma en consideración los 
movimientos en Europa, tratando X específicamente los casos de Italia y 
España, que de países de emigración han pasado a ser países de 
inmigración después de los años setenta; y, el tercer capítulo analiza la 
inversión de las rutas migratorias, la construcción de la Europa inmigrante 
y el caso específico de Marruecos, como el país africano con el mayor 
número de migrantes hacia Italia y España. 
• La segunda parte X toma en cuenta el desarrollo de las relaciones entre 
Italia, España y Marruecos dentro de las relaciones euromediterráneas. 
Su único capítulo, el cuarto, investiga las relaciones diplomáticas, 
centrándose sobre la cooperación en materia de inmigración, entre Italia 
y Marruecos, entre España y Marruecos y, por último, trata la posibilidad 
de acuerdos trilaterales y la posición de los tres países en la Asociación 
euromediterránea. 
• En la tercera parte se exhiben los acontecimientos actuales de la 
migración marroquí, introduciendo en el quinto, y último capítulo, los 
datos relativos a las rutas migratorias de los últimos años, para  presentar, 
luego, los resultados de los dos estudios efectuados, obtenidos a partir de 
cuestionario pasado a una muestra de las comunidades marroquíes en 
Reggio Calabria y Madrid, respectivamente. 
El objetivo de esta tesis, después de haber construido un marco general de las 
migraciones internacionales y europeas, es el de hacer reflexionar sobre la importancia 
que ha asumido, en los últimos años, la presencia de inmigrantes magrebíes; en 
particular, marroquíes en Italia y en España y como estos flujos inmigrantes afectarán 
a las relaciones internacionales entre los tres países, empujando  a éstos hacia la 
adopción de políticas de integración mucho más atentas a la situación de los migrantes 
respecto a las vigentes actualmente en Italia.  
Para finalizar esta introducción, resaltaremos en este trabajo que los estudios 
efectuados sobre las dos comunidades marroquíes en Reggio Calabria y en Madrid nos 
sugieren tres interesantes reflexiones vinculadas al enfoque distinto que se da a la 
inmigración desde Italia y desde España, a las diferentes posibilidades de integración y 
a la misma percepción de si mismo que el migrante desarrolla en su nueva sociedad. 
 
 
 
 
10
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11
Historia de las migraciones  internacionales: del siglo XIX al Nuevo Milenio 
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1.1.1. Una mirada general  
null
Los movimientos migratorios se configuran, en la época preindustrial, como un 
recurso de la economía doméstica y también de la colectividad; en este período 
histórico los movimientos son, en casi todos los casos, circulares y periódicos, 
enlazándose a las migraciones de temporada, típicas de algunas profesiones, como la 
1
pastoricia, la venta ambulante y el comercio, y a las costumbres  matrimoniales; al 
final del siglo XVIII los flujos migratorios comienzan a cambiar de connotación y, en 
particular, cambian las dimensiones del arco temporal migratorio, el volumen numérico 
y sobre todo los destinos de emigración: es el período en el cual las rutas 
 comienzan a asumir cada vez más relevancia, y se convertirán en la 
particularidad de las migraciones del siglo diecinueve.  
Este impulso migratorio es el resultado de la combinación de diversos 
fenómenos: asistimos a cambios económicos y de las comunicaciones, injertados por la 
revolución industrial; a cambios políticos y culturales, relacionados con las revoluciones 
liberales; y, a un aumento progresivo de la población, causado por  avance científico 
capaz de mejorar la calidad de vida y de reducir la mortalidad. La presión demográfica, 
la industrialización, el desarrollo de los transportes y la aceleración de las 
comunicaciones formaron la mezcla idónea para el rápido aumento de los flujos 
migratorios masivos. La independencia americana, obtenida con las revoluciones 
políticas, tuvo un impacto fuerte en las sociedades más allá del océano e influyó no 
solo en las relaciones entre los países europeos y extra-europeos, sino también en la 
formación de nuevos canales migratorios. 
Un hecho singular es que, por primera vez, estamos  frente a flujos 
intercontinentales de capacidad enorme con respecto al pasado; entre la Restauración 
y la Gran Guerra decenas de millones de individuos emigran del continente europeo, 
siendo posible distinguir tres oleadas: a) la primera es consiguiente al final de las 
guerras napoleónicas, siendo una oleada puramente política en Francia y económica en 
Gran Bretaña; b) la segunda es específicamente política: emigran revolucionarios y 
bonapartistas de los territorios ex-franceses; y, c) la tercera ola, más propiamente 
económica, es provocada por el fracaso de los motines de 1848, extendiéndose hasta 
                                                              
1
 A este modelo de comportamiento, dicho life-cycle-servants, se enlazaban algunas de la mas 
relevantes formas de movilidad territorial de la época preindustrial. Se calcula que solo en Inglaterra, el 
60% de la población entre 15 y 24 años hacia un trabajo servil fuera de su casa. 
 
 
1 
nusacineácosnart2
Historia de las migraciones  internacionales: del siglo XIX al Nuevo Milenio 
la Gran Guerra, implicando a los exiliados de la Comuna de París y los decepcionados 
2
del Resurgimiento. 
Podemos pensar en estas grandes ondas como un movimiento ultra secular que 
entre 1815 y 1930 ha llevado más allá del océano a 50-55 millones de europeos. Estos 
movimientos no son clasificables bajo la denominación de “emigración definitiva”: un 
tercio de los emigrantes vuelven al país y también muchos otros se van y vienen en 
varias ocasiones. Al final del siglo XVIII se tiene la impresión que todo el continente 
europeo está en movimiento; dicha constatación provoca la reacción de los Estados, X 
apresurándose a bloquear o, al menos, tratar de mitigar los fenómenos migratorios, 
dado el significado traumático que tienen en la desconstrucción de sus identidades 
nacionales nacientes. Pues, de un lado, la ideología nacionalista considera la 
emigración como una traición, y, por otro lado, las iglesias tienen miedo de los efectos 
de la lejanía, especialmente cuando las metas son Francia y los Estados Unidos, países 
éstos considerados forjas de insensibilidad religiosa. 
En esta fase, empiezan a tomar cuerpo los primeros esquemas migratorios. 
Después de las guerras napoleónicas, a partir de 1815, las colonias británicas atraen 
inmigrantes ingleses, escoceses, galeses e irlandeses mientras se intensifican los 
intercambios entre Canadá y Estados Unidos, con flujos circulares entre los dos países, 
hasta el 1929. Como resultado de la Revolución americana se produce un retraso de 
los flujos hacia el nuevo mundo, pero sólo para unos pocos decenios. Lentamente 
desaparecen los movimientos forzosos: en 1808 los Estados Unidos prohíben la trata 
de esclavos, y también termina la deportación de trabajos y prostitutas de origen 
3
británico y francés en América del Norte; además pierde vigor l'indentured servitude .  
La Revolución Francesa había provocado importantes movimientos, desde la fase 
inicial, mediante alistamiento de jóvenes procedentes de toda Europa en las armadas 
napoleónicas; hecho éste que transforma el sistema migratorio infra y extra europeo y 
traza el modelo de la diáspora; modelo que había caracterizado los movimientos 
derivados de las convulsiones políticas del período 1830-48. Las Américas pasan a ser 
la meta principal de la oposición francesa en el exilio, substituyendo a la anterior ruta 
hacia España, la cual ahora sufre la falta de afluencia de trabajadores franceses y debe 
recurrir a la mano de obra procedente de Galicia, Asturias y País Vasco. Además, el 
bloque napoleónico contra Gran Bretaña vulnera el puerto de Ámsterdam, dando inicio 
al éxodo escandinavo y neerlandés más allá del Atlántico, mientras los alemanes se 
dirigen hacia  Brasil y en el Caribe.  
Sucesivamente, muchos italianos, franceses y alemanes, exiliados del 1848, se 
sienten atraídos por las Américas. X América Latina - que había sido repoblada, desde 
el siglo XVI y las primeras décadas del XIX, con esclavos negros, por portugueses y por 
antiguos súbditos y aliados de España - en la segunda mitad del siglo XIX tomará parte 
en los nuevos flujos migratorios con Europa continental  por causa de las relaciones 
entre el liderazgo europeo y la de los nuevos Estados latinoamericanos. 
                                                              
2
 COLUCCI M. SANFILIPPO M., Le migrazioni. Un’introduzione storica, Roma, Carocci, 2009, pp.9 - 10 
3
 Se trata de un contrato de servitude, subscrito de parte de los que no podían pagar el precio del pasaje 
al otro lado del océano. 
 
 
1 
3
Historia de las migraciones  internacionales: del siglo XIX al Nuevo Milenio 
En el período entre la Revolución americana y el 1848, la edad de revoluciones, 
que finaliza tras el fracaso de la Comuna de París, X Occidente no ha salido todavía  
del Antiguo Régimen y del modelo migratorio de la edad moderna que se encuentra en 
una transformación caracterizada por la fuerte tendencia al regreso. No obstante, 
surgen nuevas características en el modelo migratorio: desaparece el exilio religioso, 
se intensifican y mezclan la movilidad política y económica y los flujos aumentan al 
incluir  a América y Europa Oriental.  
A medida que la movilidad pasa a ser un fenómeno de dimensión numérica cada 
vez mayor, surge la cuestión de los pasaportes y pasará a ser necesario y conveniente, 
por parte de los Estados, favorecer o al menos aceptar emigración además de la 
inmigración: los Estados europeos comprenden que el control y la dirección de los 
flujos de salida son tan importantes como los flujos de entrada. Los primeros años del 
4
siglo XIX se caracterizan por un “redescubrimiento de América” , aunque las 
migraciones infra-europeas persisten, causando una primera gigantesca mezcla de 
pueblos, cuyos efectos durarán para casi dos siglos. 
 
 
1.1.2. La  “gran emigración” en Europa. 
 
5
Los historiadores no coinciden en la ruptura temporal para definir la “gran 
emigración”, es decir, el momento de mayor movilidad entre Europa y América. En 
este período, los flujos europeos no son solo más desplazamientos numéricamente 
marginales de individuos o pequeños grupos, sino que también empiezan a convertirse 
en desplazamientos de masas  que interesan primero a Europa norte-occidental y 
luego, en la segunda mitad del XIX, a la Europa meridional y oriental. Unos 
historiadores hacen comenzar este período tras el final de las guerras napoleónicas 
mientras otros lo sitúan después de los motines de 1830 y 1848. También sobre la 
fecha final hay discordancia: para algunos historiadores coincide con la Primera guerra 
mundial, para otros con la Immigration Act de 1917 y para un tercer grupo con la crisis 
del 1929. El dato cierto que podemos registrar es que en el periodo que va de 1815 a 
1930-40 cruzan los océanos entre 50 y 60 millones de europeos.  
Este período verá consolidarse a los Estados Unidos como punto primario de 
emigración, seguido de Oceanía, Asia y Siberia; también, los movimientos infra 
continentales crecen considerablemente. Las cifras que siguen nos dan una idea de las 
excepcionalidad de los movimientos: entre 1820 y 1929 parten de Alemania 300.000 
alemanes hacia el Brasil y 5 millones hacia Estados Unidos y Canadá, seguidos de 1,25 
millones de suecos, 850.000 noruegos, 350.000 daneses, 250.000 finlandeses y 2,6 
millones de polacos, judíos y ucranianos. De estos últimos países otros 200.000 
emigran a Argentina y Brasil, mientras 600.000 individuos se mueven del Imperio 
                                                              
4
 M. COLUCCI - M. SANFILIPPO, Le migrazioni… op. cit., p. 34 
 
5
 FRANZINA, 1982; BADE, 2001; HOERDER, 2002; CORTI, 2003 
 
 
1 
4
Historia de las migraciones  internacionales: del siglo XIX al Nuevo Milenio 
zarista a Alemania y otros tantos desde Alemania a Rusia; 5 millones de italianos salen 
hacia Estados Unidos y Canadá, 2,4 millones hacia Argentina y 1,3 hacia el Brasil; 11 
millones de británicos van a los Estados Unidos y 2,5 a Canadá, 2 millones a Australia y 
Nueva Zelanda y 850.000 a Sudáfrica.  
Un hecho notorio es que por primera vez se vuelve la mirada al África 
subsahariana, la cual atrae ingleses, franceses, alemanes, belgas, portugueses y 
holandeses. Además 500.000 franceses se expatrían hacia Canadá y Estados Unidos, 
650.000 a Argelia, 200.000 a Marruecos y 200.000 a Túnez; 1,2 millones de españoles 
emigran a Argentina, 200.000 a Brasil y algunas decenas de miles a Uruguay y Panamá. 
 6
Por último, 1,5 millones de portugueses emigren a Brasil. 
Según los científicos, las características cronológicas y geográficas de las oleadas 
migratorias en relación con las rutas marítimas son tales que permiten distinguir entre 
7
una old migration y una new migration , aunque, como demuestra el cuadro que 
figura abajo, en el interior de las dos olas podemos distinguir aún más los flujos: 
 
Cuadro 1 - Emigración Europa exterior para la década (1851-1960) - en miles de personas. 
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null null null null null null null null null null null null null null6 67 71 1  7 77 79 9  6 62 26 6  1 13 34 42 2 5 52 27 7  2 27 74 4  9 91 1  5 56 64 4  6 61 18 8  
1 12 21 1 8 87 72 2 
  
1
1
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null null null null null null null null null null null null null null null null3 31 1  4 40 0  4 46 6  2 24 48 8  4 44 40 0  1 11 11 11 1  4 41 18 8  6 61 1  … …  
11 53 
11 53 
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null null null null null null  3 7 13 572 791 1091 1306 560 132 166 543 
null null null null null null  3 7 13 572 791 1091 1306 560 132 166 543 
null null null null null null null  27 36 66 119 51 53 32 4 5 … 155 
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I Inull null null null null null null null null null   5 5  2 27 7  1 16 68 8  9 99 92 2  1 15 58 80 0  3 36 61 15 5  2 21 19 94 4  1 13 37 70 0  2 23 35 5  4 46 67 7  8 85 58 8  
null null null null null null null null null null null null null null  3 36 6 9 98 8 8 85 5 1 18 87 7 9 95 5 1 19 91 1 6 62 2 8 87 7 6 6 2 25 5 
           
1 10 0  
null null null null null null null null null null null null null null null null  4 45 5 7 79 9 1 13 31 1 1 18 85 5 2 26 66 6 3 32 24 4 4 40 02 2 9 99 95 5 1 10 08 8 3 34 46 6 
           
69 
69 
1 11 1, ,
null null null null null null null null null null null null 1 15 57 72 2  1 18 84 49 9  3 32 25 59 9  2 21 14 49 9  3 31 15 50 0  2 25 58 87 7  2 21 15 51 1  2 26 62 2  7 75 55 5  4 45 54 4  
1313
1313
10
10
1 1
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null null null null null null null null null null null null   1 17 7  1 12 22 2  1 10 03 3  3 32 27 7  2 20 05 5  3 32 24 4  8 86 6  1 10 07 7  8 8  2 23 3  4 43 3  
1
1
null null null null null null null null null null  6 6 1 15 5 3 36 6 8 85 5 3 35 5 3 37 7 3 31 1 5 50 0 4 47 7 1 12 23 3 
           
118 
118 
                                                              
6
 M. COLUCCI - M. SANFILIPPO, Le migrazioni… op. cit., pp. 52-54 
 
7
 Generalmente la old migration ha sido considerada una característica de los países norte-occidentales, 
que han sido los primeros en generar (por primeros han generado) flujos transoceánicos de procedencia 
urbana y matriz artesana, mientras la new migration ha sido asociada a la Europa mediterránea y oriental, 
(se ha) desarrollándose  solo después de la primera, con procedencia rural y matriz descalificada. (Corti, 
2003) 
 
1 
332299887766554433225
Historia de las migraciones  internacionales: del siglo XIX al Nuevo Milenio 
Fuente: J. C. CHESNAIS, Viajan démographique. Étapes, formes, économiques de los implicationes. Étude 
de relativer de los temporelles séries (a 67 pagan, 1720-1984) Puf, “Travaux ET documentos”, Cahier N. 
113, París 1986, p.167 
 
1
 RFT. 1941-1951 y 1951-1961 
2
 El valor en rojo indica el período de emigración máxima del país durante todo el arco temporal 
considerado. 
3
 1932-1936 
4
 El valor evidenciado en amarillo indica el país con el número mayor de emigrantes durante un solo 
período; se subraya que el Reino Unido resulta casi siempre el país con el número más alto de emigrantes. 
5
 Austria solamente después de 1921 
6
 1931-1937 
7
 1954 - 1960 
8
 1946 - 1950 
9
 Está comprendida la emigración hacia algunos países europeos en los años 1941-1949 
10
 E Irlanda 
11
 1853-1860 
12
 No está comprendida la emigración dirigida a los puertos irlandeses. 
13
 Está comprendida la emigración hacia algunos países europeos en los años 1941-1949 
 
Europa del norte y los países insulares alcanzaron en las primeras décadas del 
XIX  altos niveles de migración mientras que los países de Europa central, en el mismo 
período, inauguraron las rutas más allá del océano, pero alcanzaron cuotas inferiores; 
igualmente, Europa meridional contaba con flujos no europeos importantes al principio 
del siglo XX, mientras que los países de Europa oriental, que también en el mismo 
período producían flujos importantes, no alcanzaron las mismas proporciones. 
En un análisis más detallado vemos, sin embargo, que las diferencias entre la old 
y la new migration son menos netas, ya que la distinción entre migraciones de origen 
urbana y matriz artesanal de la primera y migraciones de origen rural y carácter 
descalificado de la segunda no es absoluta: tenemos la excepción casi exclusivamente 
rural de Irlanda entre el 1845-49, debido a la gran hambruna; Además, hay que 
señalar que la precocidad de las salidas marítimas no son una exclusiva de la old 
migration anglosajona. Italia representa el caso ejemplar de migración transoceánica 
que se desarrolla desde el final del siglo XVII, en particular hacia el Río de la Plata. 
Aunque la medida de los movimientos migratorios es muy compleja, podemos 
intentar proporcionar un marco de los porcentajes de participación de los diferentes 
países europeos a la gran migración. Considerando el período entre 1845 y 1915: Gran 
Bretaña posee el récord con el 40% de expatriaciones sobre el total, seguida de Italia 
con el 16%, de Alemania con el 13%, mientras España, Austria-Uncgheria, Rusia y los 
países escandinavos oscilan entre el 4 y el 7%. 
El destino principal de las salidas europeas en este periodo son los Estados 
Unidos, que asimilan el 70% de la emigración europea, mientras Argentina acoge el 
10% y Canadá, Australia e Brasil reciben un 5% cada uno, como mostramos en el 
Gráfico siguiente. 
     
 
 
1 
6
Historia de las migraciones  internacionales: del siglo XIX al Nuevo Milenio 
Gráfico 1. Destinos de la “gran emigración”. 
 
Fuente: Elaboración propria a partir da P. CORTI, Storia delle migrazioni internazionali, Laterza, 
2003, p.30. 
 
Durante esta primera gran emigración hacia los Estados Unidos se pueden 
distinguir dos períodos distintos por número de llegadas y formas de instalación: 1) el 
que va de 1820-89, con un promedio de llegadas inferior a 400.000 anuales y 
caracterizado por el objetivo de la conquista de tierras; 2) el que va de 1890-1914, con 
un promedio anual de aproximadamente un millón de llegadas, destinadas a la 
8
integración en el mercado del trabajo, en el ámbito inmobiliario, minero e industrial. 
El otro polo transoceánico de atracción de la migración europea es América 
Latina, donde la independencia de las coronas ibéricas -conseguida a mitad del siglo 
XIX, la nueva posición adquirida en el contexto económico internacional y la urgencia 
del poblamiento de amplias zonas como Chile, Argentina, Brasil y Uruguay- plantean la 
necesidad de atraer una masa creciente de mano de obra migrante. 
Al final del siglo XIX, tanto en el norte como en el sur, la migración en América 
se habrá engrandecido con los exiliados judíos expulsados desde Europa Oriental y 
Rusia, así como por los flujos procedentes de China, India, Japón, Turquía, Siria y 
Líbano.  
A pesar de la imponencia de los tránsitos hacia el nuevo mundo aquí presentados, 
las migraciones infra europeas no son menos importantes, aunque la gran novedad 
hayan sido las transatlánticas. Al interior del continente europeo, los movimientos 
estaban generalmente dirigidos de las zonas económicamente atrasadas a las 
desarrolladas, siguiendo la línea sur-este y norte-oeste, pero también tenemos 
intercambios circulares entre Bélgica, Francia y los Países Bajos. 
En la última década del siglo XIX el país de tasa migratoria más elevada era Italia, 
que entre X 1891 y X 1913 envió a Europa alrededor de un millón de emigrantes, en 
gran parte directamente a Francia y Suiza. Esta última, entre el 1860 y el 1930, fue el 
                                                              
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 P. CORTI., Storia delle migrazioni internazionali, Laterza, Roma, 2003, p.32 
 
 
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Historia de las migraciones  internacionales: del siglo XIX al Nuevo Milenio 
país de más alto porcentaje de inmigración: en 1910 el 14% de su población era 
9
extranjera, frente a una media europea del 2%.    
El largo siglo de las migraciones, es decir, el siglo XIX, abre el camino para los 
acontecimientos del siglo XX: se consolidan los sistemas migratorios europeos y 
transoceánicos y se instaura una circularidad de movimientos, que incluye etapas 
migratorias. 
 
 
1.1.3. El éxodo italiano 
 
La emigración italiana se impone a la atención pública, como fenómeno relevante, 
sólo a partir del 1876(,) con la introducción de las estadísticas nacionales, que 
registran el aumento progresivo de las salidas. Desde el final del siglo XVIII se 
advierten las primeras novedades: aumentan las migraciones definitivas, que 
sustituirán las temporales, mientras que las migraciones de algunos años sustituyen las 
de temporada; se desarrollan nuevos trabajos mientras algunos ambulantes se 
especializan en sectores típicos, como la hostelería y el entretenimiento.  
La movilidad en esta centuria estará influenciada traumáticamente por la 
Revolución Francesa y por la ocupación napoleónica. Génova en la segunda mitad de 
dicha centuria se convertirá en una de las principales encrucijadas migratorias: se 
emigra además de Biella a Francia de Francia a España y a las Américas. Tras la 
Unificación de Italia, se vive el descenso de los precios agrícolas y la falta de trabajo 
extra-agrícola propio mientras que en Europa se evidencia el buen funcionamiento del 
mercado del trabajo. Consecuencia de ello es el fomento de los mecanismos de salida 
 el último tercio del XIX se alcanza el punto más alto de la gran emigración italiana. 
En el segundo periodo del XIX, emigrantes de la aérea “padana” prefieren Francia y 
Bélgica o, más raramente, Suiza y Alemania, los piemonteses prefieren las Américas, 
África y el Medio Oriente; del Véneto, Trentino, Friuli y Alto Adige se sale hacia 
10
América Latina y del Sur hacia las Américas en general.  
La movilidad acontecida a lo largo del siglo XIX lleva a percibir la necesidad de 
una política de emigración que utilice los flujos de salida como recurso, de forma 
similar a lo que hacen las otras naciones europeas; así, pues, se piensa en nuevos 
métodos de control: nuevas leyes, pero sobre todo la Comisaría General de Emigración, 
una oficina especial creada en el 1901 para proteger a los emigrantes. Los primeros 
quince años siglo XX ven un mayor aumento de las salidas hacia las Américas y los 
otros países europeos, retrasado sólo por la Gran Guerra. Sin embargo, algunos flujos 
persisten y empiezan tras el final del conflicto, hasta la crisis de 1929; en los veinte 
años de  fascismo se registra la tendencia a trasladarse a Francia o al centro-norte ¿de 
Europa? para quienes salen del sur de Italia. Sólo las transformaciones económicas y 
                                                              
9
 P. CORTI, Storia delle migrazioni… Op. Cit., p.34 
 
10
 M. COLUCCI - M. SANFILIPPO, Le migrazioni… op. cit., pp. 64-65 
 
 
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ne:8
Historia de las migraciones  internacionales: del siglo XIX al Nuevo Milenio 
sociales de  la segunda posguerra conducen a una emigración masiva por razones 
exclusivamente de trabajo, evidenciando que los antiguos modelos migratorios están 
caducos. 
 
 
1.1.4. Los movimientos desde la Europa centro-oriental 
 
Muchos académicos están convencidos de que en edad moderna la Europa 
Central haya sido una región exclusivamente exportadora de hombres, es decir, que 
haya sido sólo un depósito de mano se obra; en realidad la zona oriental ha registrado 
también continuos desplazamientos internos y flujos de entrada procedentes desde 
Occidente. En el Ochocientos, sin embargo, la balanza migratoria iba de nuevo en 
favor de la emigración hacia Occidente, en particular por causa del peso ejercido por la 
emigración de este a oeste en el caso polaco, empezado por la partición del país entre 
Austria, Prusia y Rusia.  
En 800, muchos polacos salen por motivos políticos tras el fracaso de los motines 
nacionalistas, otros deciden trasladarse por razones económicas. Después de la 
revolución de 1830 al menos 10.000 polacos se expatrían en Francia o Bélgica; la 
diáspora polaca es tan imponente que en la nueva Polonia del 1920, que incluye 30 
millones de habitantes, un tercio emigró al menos una vez más: la movilidad polaca es 
11
escaneada por expatriaciones, regresos y salidas.  
Para la élite polaca el problema reside en el significado atribuido a la acción 
migratoria: generalmente se ha leído como la renuncia a una patria que, aunque 
formalmente inexistente, se habría podido reconstruir con el esfuerzo de todos. Los 
polacos, principalmente judíos y católicos, se desplazan inicialmente a las regiones 
orientales del Reich, luego hacia las Ruhr, Francia y Bélgica, y por último, al otro lado 
del océano; el nuevo elemento reside en la emigración a larga distancia de los 
comienzos del mil novecientos: entre 1908 y la Gran Guerra, 20.000 personas se 
desplazan hacia las campañas  francesas, pero América es ya una meta próxima.  
El resto de Europa centro-oriental no vive movimientos similares al caso polaco, 
por cantidad y radio de desplazamientos. En el curso del Ochocientos las migraciones 
infra europeas  se unen a las hacia las Américas, creando una nueva retícula migratoria. 
Entre 1860 y el 1916 migran 4 millones y medio de europeos del Este: normalmente se 
trata de personas pertenecientes a minorías oprimidas. 
 
 
 
 
 
                                                              
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 M. COLUCCI - M. SANFILIPPO, Le migrazioni… op. cit., pp. 36-37 
 
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Historia de las migraciones  internacionales: del siglo XIX al Nuevo Milenio 
1.1.5. Desde  Asia a las Américas 
 
Entre X 1840 y X 1940 se desplazan hacia las Américas 55-58 millones de 
europeos, mientras 52 millones de indios y chinos se redistribuirán en Asia sudoriental 
y 50 millones desde el Asia norte-Oriental y Rusia hacia Manchuria, Siberia, Asia 
Central y Japón. Sabemos que los paquistaníes en el Ochocientos alcanzan el Japón 
para navegar hacia el canal de Panamá y las tierras del fuego, instalando tiendas para 
turistas en diversas partes de América y desarrollando el comercio japonés en el Caribe 
holandés. 
Generalmente, el continente asiático ha sido considerado uno de los mayores 
contextos de la concentración de movilidad humana; estos procesos migratorios se 
intensificarán en el último cuarto del siglo XIX gracias al desarrollo de los ferrocarriles: 
entre  1880 y 1915 por lo menos 6 millones de asiáticos llegan a Siberia y 4 millones al 
Cáucaso y a Asia Central. Al final del (Ochocientos), sólo en Siberia tenemos 100.000 
confinados polacos y otros tantos rusos, medio millón de chinos llegan allí entre el final 
del Ochocientos y comienzo del Novecientos, 300.000 japoneses y coreanos entre X 
1885 y X 1920. Estos últimos pasan a ser emigrantes activos y visibles en la segunda 
mitad del Ochocientos, estableciéndose en el norte de Manchuria, en Japón, en Hawái, 
Estados Unidos y X Australia. 
Entretanto, 6 millones de japoneses se instalan a lo largo y ancho de Asia, 
aunque antes lo hicieron hacia los territorios chinos y después en todo el sur-Este, 
luego salen por los Estados Unidos y las Hawái, haciendo, en estas últimas, duplicar la 
población y superponiéndose a las migraciones marítimas a partir del 1868 hasta el 
1907, mediante un tratado diplomático para las rutas hacia América Latina, 
especialmente en la dirección de Brasil y Perú. Un fuerte impulso a la emigración fue el 
rápido crecimiento demográfico cercano al 78% entre X 1872 y X 1922. Los flujos 
japoneses se dirigieron en gran parte hacia los Estados Unidos y las islas Hawái,  
El subcontinente indio pasará a ser un exportador de mano de obra; el 
reclutamiento de empleados que interesó a la India durante la ocupación inglesa causó 
movimientos, primero internos, luego hacia países vecinos, como Birmania, y por 
último fuera del continente asiático. Entre 1830 y 1930 los emigrantes indios están 
estimados en 6 millones, la mayor parte internos a Asia: los indios están distribuidos 
en Asia meridional, Malasia, Myanmar, Seichelles, Islas Fidji, Mauricio, la Isla de la 
Reunión, Guayana, Trinidad y otros lugares del Caribe; por último, se empiezan a 
desplazar hacia América, pero muy lentamente. Antes del 1917 el mayor asentamiento 
indio fuera de Asia eran la Guayana británica (240.000 indios) y el Caribe (500.000). 
En el último decenio del siglo XIX empiezan las migraciones hacia Estados Unidos y 
 12
Canadá. 
La migración más espectacular es la de China. En el Ochocientos se abandona la 
trayectoria anterior hacia Sichuan, después de la rebelión de los Taiping (1861-64) y se 
                                                              
12
 M. COLUCCI - M. SANFILIPPO, Le migrazioni… Op. Cit., p.46 
 
 
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Historia de las migraciones  internacionales: del siglo XIX al Nuevo Milenio 
13
procederá hacia el norte y la Manchuria. Todo este alimentó el coolie trade, o la 
explotación de los trabajadores asiáticos utilizados en condiciones casi serviles. Entre el 
1876 y el 1901 transitaron mediante los puertos del sur del país 4.850.000 chinos y a 
comienzos del siglo XX los chinos en movimiento eran 8 millones dentro de la misma 
Asia.  
A partir del siglo XIX, con el colapso político económico del imperio chino, un 
flujo masivo escapa del continente hacia África, Australia y América, en algunos casos 
tocando Europa, donde a finales del siglo XIX nacen las “pequeñas chinas”, 
principalmente en ciudades como Londres, París, Milán. En los mismos años miles de 
chinos alcanzaron las costas orientales del Pacífico, Canadá, Chile, el Caribe; a Cuba 
los chinos eran 120.000. Como en el norte, también en América Latina los coolies no 
podían ingresar con facilidad, era relevante la inmigración en Perú, pero ni en Brasil ni 
en Argentina tuvieron gran empleo. En Europa, las redes chinas se unen a las 
coloniales (en el siglo XVI hay 8000 chinos en Manila Española) creando pogrom 
locales, que empujan España a contener la inmigración no europea. La migración china 
14
mantiene sus trayectorias hasta la época contemporánea. 
Las migraciones asiáticas son en gran parte infra continentales, pero no solo: 
chinos e indios llegan en África, que les acoge como mano de obra itinerante para 
sustituir los flujos forzosos. La emigración china ha contribuido también a exportar las 
grandes organizaciones criminales locales, que en el extranjero han aprovechado para 
gestionar el juego de azar, la prostitución, los tráficos de droga. Además también en 
América del Norte se constituyen las “pequeñas chinas” (Chang, 2003) 
En 1852, 10.000 chinos llegan a Estados Unidos y X Filipinas causando una ola 
xenófoba; en 1862 X California publica el Anti-coolie Act para impedir el transporte de 
esclavos chinos, veinte años después el Gobierno federal aprueba el Chinese exclusion 
15
act que debería detener la inmigración China: como para los japoneses, también para 
los chinos América Latina pasa a ser la meta de reserva. 
 
 
1.1.6. Los flujos migratorios desde África 
 
En la segunda mitad del siglo XIX, la emigración forzada de trabajadores 
coloniales pasará a ser el rasgo característico de países asiáticos y africanos y en 
                                                              
13
Se trata de la explotación de los trabajadores asiáticos utilizados en condiciones casi serviles. Los 
"coolie" asiáticos de finales de 1880 y del comienzo de 1900 se utilizaban en Estados Unidos, Australia, 
Nueva Zelanda y en las Indias Occidentales. 
 
14
 M. COLUCCI - M. SANFILIPPO, Le migrazioni… Op. Cit., p.47 
15
 El Chinese exclusion Act fue la primera acta relevante restrictivo de la libre inmigración en la historia 
estadounidense. La acta prohibía el ingreso en el país durante diez años a trabajadores cualificados y no 
cualificados y chinos empleados en las minas, pena la prisión y la deportación. Estuvo en vigor hasta el 
1943. 
 
1 
2
Historia de las migraciones  internacionales: del siglo XIX al Nuevo Milenio 
general de las migraciones en el circuito transoceánico. Los movimientos migratorios 
en África presentan un carácter heterogéneo. Las migraciones internas, similares a las 
europeas, afectaron una parte muy limitada del continente: algunas zonas Norte 
occidentales y las partes del extremo norte-oriental, así como algunas zonas del 
16
Magreb.  
El flujo africano más masivo es el sub-sahariano, registrado durante la trata 
atlántica de esclavos, que tuvo consecuencias destructivas por el lado demográfico en 
cuanto envolvió a la población masculina adulta. También, en el período colonial las 
potencias europeas utilizan mano de obra local imponiendo flujos migratorios internos 
al continente, que se saldan con los procedentes desde el exterior con recaídas 
demográficas que sólo recientemente empiezan a sanarse.  
Durante el período de la gran emigración europea algunos flujos cambiaron las 
rutas, volviendo hacia África: se trata del regreso de los esclavos negros tras la 
abolición de la esclavitud en la segunda mitad del siglo XIX. Son migraciones 
procedentes, en gran parte, no solo desde América del Norte, sino también de Brasil y 
del Caribe, con ruta principal hacia África occidental; no obstante algunos flujos se 
orientan también hacia el sur y el Cuerno de África. Al interior, los desplazamientos no 
son nuca más encabezados por el empuje colonial sino por la redistribución de la 
población. Los flujos procedentes de la zona subsahariana no tienen nuca más como 
destino las plantaciones o las minas; sin embargo, los primeros centros urbanos 
empiezan a crecer para engrandecerse a lo largo del siglo siguiente: sirva como 
ejemplo que en África tropical, a excepción de Nigeria, en X 1880 las ciudades 
 17
contaban 80.000 habitantes, cincuenta años después superaban los 500.000. 
                                                               
16
 El Magreb (en árabe al-Maghrib  "el Occidente") es la zona más al oeste del norte de África, que se 
asoma al mar Mediterráneo y al Océano Atlántico, que incluye el Sáhara Occidental, Marruecos, Túnez y 
Argelia. 
 
17
 P. CORTI, Storia delle migrazioni… Op. Cit., pp. 42-43 
 
 
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Historia de las migraciones  internacionales: del siglo XIX al Nuevo Milenio 
nullnull  nullnull nullnull nullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnullnull
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1.2.1. Desplazamientos entre las dos guerras 
 
En las últimas décadas del siglo XIX se originan las condiciones previas que 
conducen al primer conflicto mundial y a los movimientos de población que conllevan: 
la construcción de los Estados nación, las desviaciones del nacionalismo, la producción 
de normativas para la protección de las poblaciones autóctonas con respecto a los 
extranjeros en los países de inmigración europeos. Al mismo tiempo, al otro lado del 
océano, se producen episodios de fuerte xenofobia; distintos países beligerantes 
reaccionan al fenómeno migratorio estableciendo acuerdos internacionales destinados 
a la defensa y al control.  
La guerra desató cambios del marco migratorio de corto y largo plazo: aquellos 
que al estallido del conflicto se encuentran en un país extranjero deberán elegir si 
regresar a casa para realizar el servicio militar o permanecer definitivamente en el 
nuevo país de residencia; además, los trabajadores extranjeros que se encuentran en 
tierra enemiga deben huir o, simplemente, son expulsados por las autoridades. A estos 
movimientos se añadieron los causados por la petición de mano de obra para apoyar el 
esfuerzo bélico, en virtud del cual se restablecen las viejas redes migratorias coloniales 
con Asia y África, y las de los prisioneros de guerra.  
Por causa de la Gran Guerra, en aplicación de la normativa de paz, se vieron 
obligados a migrar 5 millones de individuos sólo en Europa. Los movimientos de 
refugiados interesaron en gran parte a los Estados del centro de Europa derrotados en 
la guerra, que en ese período registran 2 millones de migrantes; en Alemania se 
instalarán campos de acogida para los alemanes que tratan de regresar a su patria. 
Por causa del Tratado de Lausana de 1923, entre Grecia y Turquía, casi un millón y 
medio de griegos y 400.000 turcos abandonaron sus territorios, según el esquema de 
intercambios de población. En Rusia, la guerra civil causa grandes desplazamientos: 
sólo en 1922 abandonan la Unión Soviética 750.000 rusos, que alcanzan los 2 millones 
globales después de la revolución. En estos años los judíos son víctimas de 
persecuciones cruzadas: la llegada a Europa y a América no es menos traumática que 
la fuga de Rusia. Surge el problema del crecimiento incontrolado de los refugiados, con 
el cual se enfrenta la Sociedad de las Naciones: en 1926 el número estimado es de 9 
18
millones y medio. 
Entre los dos conflictos mundiales se establecerán ciclos de migraciones forzosas, 
que se coagulan luego con la ideología nazi y las desviaciones de regímenes 
autoritarios, transformándose en los trágicos acontecimientos ocurridos en el segundo 
conflicto. Rusia es ya protagonista del flujo migratorio hacia Asia, que alcanza el 
 
                                                            
18
 P. CORTI, Storia delle migrazioni… Op. Cit., pp. 54-55 
 
 
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