Verdi y España

Los términos “liberal” y “liberalismo” ocuparon gran parte del discurso político en la España del siglo XIX. Ambas palabras nacieron del enfrentamiento interno entre los partidarios del paradigma absolutista y los defensores de un nuevo modelo de estado constitucional; estos últimos serían conocidos como los liberales. El conflicto entre las ideas del antiguo régimen y las nuevas corrientes de pensamiento que pretendían otorgar al pueblo y a la burguesía el control político tuvo su origen en la Revolución Francesa a finales del siglo XVIII.
Ambos movimientos políticos se unieron transitoriamente en el país íbero como consecuencia de la lucha contra un enemigo externo común: la dominación francesa. La guerra contra la ocupación extranjera terminó con la marcha del monarca galo impuesto por Napoleón y la restitución del rey absolutista Fernando VII. Sin embargo, la victoria de los ideales del liberalismo gaditano resultó larga y costosa, los defensores del conservadurismo defendieron el modelo absolutista y combatieron con las armas hasta el final de la última guerra carlista en 1876 (Fontana, 2007). El siglo XIX fue testigo de la revolución liberal española, impulsada desde las clases medias en búsqueda de un proyecto social y político que combinara la libertad con el orden constitucional.
Las Cortes de Cádiz realizaron una obra de excepcional importancia para la España del futuro, la Constitución de 1812 puso las bases de un nuevo estado y significó la adaptación del país a la modernidad. Dicha constitución está impregnada de un profundo origen popular y una clara voluntad de hacer desaparecer el Antiguo Régimen. El ordenamiento de las cortes gaditanas profundizó en los ideales revolucionarios, rechazó la arbitrariedad y despotismo del Rey e impuso la libertad y la igualdad ante la ley (Moliner Prada, 2010). La Constitución de 1812 se convirtió en un mito democrático a través del cual quedó definido el ideario del liberalismo español. Hasta 1830, fecha en la que se proclamó la nueva Constitución francesa, el texto español tuvo repercusiones en Portugal, Reino de las Dos Sicilias, Principado de Lucca y Piombino, Principado de Elba, Piamonte, Bélgica, Hispanoamérica y Rusia, entre otros (Moliner Prada, 2010).
La Guerra de la Independencia y la Constitución de Cádiz no fueron dos episodios aislados en la historia de España: ambos acontecimientos proporcionaron elementos cargados de nuevos contenidos como nación, patria, pueblo y patriotismo que pasarán a nutrir la memoria nacional (Palacios Bañuelos, 2004). Asimismo, en este período, las ideas de la Revolución Francesa se propagaron a Europa a través del ejemplo español de liberalismo radical, el Romanticismo liberal europeo se inspiró en el modelo español (Moliner Prada, 2010). En definitiva, la Constitución gaditana se convirtió en mito y símbolo del liberalismo romántico europeo de la época.
La llegada de estas ideas románticas a Italia fue gradual, hasta entonces el país había estado anclado en posiciones más clásicas. Los pensamientos románticos que allí penetraron con más fuerza fueron los de nación, patria, pueblo y patriotismo. Estas ideas son las mismas que habían florecido en España tras la Guerra de Independencia y la presentación del texto gaditano.
Tras el congreso de Viena de 1815 se reorganizaron las fronteras europeas para repartir el botín de un vencido Napoleón, se restauró en el poder a las monarquías absolutistas defensoras del Antiguo Régimen e Italia quedó dividida en diversos estados:
- en el norte Austria recuperó el Tirol, la Lombardía y el Véneto. Además, impuso a príncipes de la Casa de Habsburgo en los ducados de Toscana y de Módena. Con ello Austria pasó a ser el árbitro político que dominaba toda Italia directa o indirectamente.
- en el centro se admitió la independencia de los Estados Pontificios y sus fronteras de 1776 fueron restablecidas.
- en el sur el Reino de Nápoles se anexó Sicilia y restauró a la Casa de Borbón en el trono napolitano.
- el reino de Piamonte-Cerdeña subsistió bajo el gobierno de la Casa de Saboya como único estado italiano bajo una monarquía “nacional”.
La Italia posterior al Congreso de Viena estuvo marcada por el desarrollo del nacionalismo vinculado al Romanticismo y a una intensa actividad revolucionaria de carácter liberal. El Romanticismo italiano pronto condujo al proyecto de unificación política de Italia. […]